El reciente número de Visión UC, destaca el trabajo de Andrea Henríquez, estudiante de nuestra Licenciatura, quién a los 20 años crea la Fundación «Volando en V», luego de una experiencia personal de bullying (acoso escolar). Cabe destacar que Andrea fue elegida por la Revista del Sábado, como una de las 100 líderes jóvenes del país.
Un vuelo para vencer el bullying
La estudiante de Ciencia Política cuenta en primera persona su historia de acoso escolar en la adolescencia, cómo lo superó y la fundación que llegó a conformar con solo 20 años.
Ví a la niña desde lejos. Lloraba sola en el patio del colegio y cuando me acerqué a preguntarle qué le pasaba, fue como escucharme a mí misma tres años atrás. En esa época tenía 11 años, salía con mis amigas y estaba descubriendo la cultura de Ecuador tras vivir mi primera infancia en Puerto Rico, España y Chile, debido al trabajo de mi padre. La molestaban. Por eso lloraba, al igual que yo, en aquella época en que fui víctima de bullying (acoso escolar).
Al principio me adapté bien y me hice un grupo grande de amigas. Éramos 15 y les causaba gracia mi acento chileno. Pero de un día a otro me enteré de que en el curso de al lado, unas chicas que no conocía, me habían puesto un sobrenombre: «Muñeca de plástico». Durante un año recibí empujones, gritos, me hicieron una cuenta falsa de Facebook y hasta hicieron una obra de teatro. Tras mirar a mi alrededor vi que un grupo de chicas había mandado a hacer poleras con insultos dedicados especialmente para mí. Después de haber pasado por esa situación decidí que no podía dejar sola a esa compañera (que encontré llorando), y que nadie merecía vivir lo que yo viví. Así que me puse manos a la obra.
Con un cuaderno y un lápiz me paseé por todos los cursos del colegio e hice un levantamiento de casos similares. Luego fui con ese cuaderno donde la directora y decidimos replicar una actividad que en mi caso había funcionado para frenar la pesadilla. En aquella época, cuando era yo la afectada, unas compañeras más grandes hicieron una especie de seminario donde explicaron lo que era el bullying y sus consecuencias. Descubrí que la intervención de los pares en estos círculos de violencia es clave para superar este problema.
Y ese fue el comienzo de «Volando en V» (nombre alusivo a la «v» que forman las aves migratorias que relevan su liderazgo). Este es un programa para la convivencia escolar positiva que busca prevenir situaciones de maltrato escolar por medio del liderazgo de los alumnos mayores. Para ayudar a esta niña decidimos hacer un nuevo encuentro en mi colegio, donde yo conté mi historia y las compañeras que me molestaban también.
Tenía 14 años en ese entonces y de alguna manera alguien se enteró de esta iniciativa y me invitaron a la televisión ecuatoriana. Me entrevistaron, relaté lo sucedido, y también el plan de trabajo que seguí con la recopilación de casos, el encuentro con los pares y de un momento a otro el video se hizo viral y llegó a Chile. Al tiempo me llamaron de la Superintendencia de Educación para pedirme que viniera a contar mi testimonio a mi país natal.
REENCUENTRO CON CHILE
Hoy, «Volando en V» se ha transformado en una fundación que desde 2016 impacta en 14 colegios en Chile. Somos un directorio de seis personas. Ha sido todo a pulso, gracias a mi experiencia y mis ganas. Nuestro foco no está en los motivos que podrían originar que molesten a alguien, porque razones pueden haber miles y ninguna justi ca el maltrato. Más bien nos preocupamos de abordar los tres roles protagónicos en un caso de bullying: agresor, víctima y espectador, a partir de las responsabilidades que tiene cada uno en una sana convivencia. También es clave tener claro que cambiarse de colegio no es la solución.
Tenía 16 años cuando me invitaron a contar mi caso frente a directores de colegio de todo Chile. Viajé sola y me di cuenta de que lo que estábamos haciendo en Ecuador tenía un alcance mayor y podía prestar apoyo a otras personas. No era la primera vez que estaba de paso por Chile. Cada verano viajaba a la casa de mi abuela en Pirque, donde disfrutaba de estar con mi familia y pensaba en cómo enfrentar la situación que había vivido.
Estuve ahí en 2010 después de todo ese año difícil en Ecuador, el que ocurrió entre mis 11 y 12 años. Cinco años después estaba de vuelta en Chile de forma de nitiva. Atrás había dejado la vida en esos condominios redondos de Ecuador y las clases de baile. Y volví al colegio de mi infancia a terminar cuarto medio, que a la vez es la escuela donde han estudiado todas las mujeres de mi familia: el Villa María.
«Volando en V» aterrizó en este colegio también. Lo replicamos y fue un éxito. Así, creo que lo mejor que se puede hacer en estos casos es enfrentar el problema, conversarlo con los adultos, con los padres, generar entornos de apoyo en las entidades educativas y educar a los espectadores para que tomen conciencia sobre su rol en casos de bullying. Eso es lo que promovemos, al alero de especialistas de diversas disciplinas.
Este año seguiré trabajando en «Volando en V» con todas mis energías, apoyándome en mis compañeros de la fundación, tal como hacen los pájaros que vuelan de esa forma. Es un sistema de colaboración mutua en el que hacen más liviano el vuelo los unos a los otros y solo así son capaces de recorrer grandes distancias. Es la el imagen de un trabajo en equipo, de compañerismo, y replicado en un colegio puede llegar a prevenir el maltrato.
Recientemente trabajé como jefa de formación del consejo de Capilla País a través de la Pastoral UC, pues soy una persona muy religiosa, lo que quizás se relaciona con que tengo un tío sacerdote y con los valores que me ha enseñado mi familia. Siento que mi vocación de servicio es muy grande. De hecho, tuve la posibilidad de irme a estudiar a la NYU, pero preferí quedarme en Chile para continuar con la fundación y seguir estudiando Ciencia Política, que me gusta muchísimo.
Pienso que mi camino puede seguir la senda de lo público en áreas del tercer sector, como ONG y fundaciones. A veces siento que trabajo todo el día, pero seguiré esforzándome, estudiando harto, saliendo con mis amigas, y fortaleciendo los lazos de compañerismo en todas las escuelas a las que pueda llegar.
ENTREVISTA PUBLICADA EN VISIÓN UC
Marzo, 2018
Violeta Bustos, Prensa UC